El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo (maduración del cerebro) caracterizado por dificultad para prestar atención (falta de atención), actividad o inquietud excesiva (hiperactividad) y actuar sin pensar (impulsividad). Es uno de los trastornos psiquiátricos más frecuentes de la infancia. Aunque los síntomas del trastorno de déficit de atención con hiperactividad comienzan en la infancia, el TDAH puede continuar durante la adolescencia y la edad adulta. El TDAH puede tener un impacto importante en el funcionamiento psicológico y social de los pacientes.

Los síntomas de inatención en niños se manifiestan normalmente en forma de una gran facilidad para distraerse y una dificultad para mantener la atención, especialmente durante tareas aburridas y repetitivas. La impulsividad se puede manifestar como la tendencia a actuar sin pensar en las consecuencias a largo plazo o en forma de intromisión social (interrumpir en las conversaciones o juegos) mientras que la hiperactividad como inquietud, exceso de actividad motora, golpeteos con manos y pies o hablar demasiado.

Muy a menudo los pacientes con TDAH presentan otros trastornos psiquiátricos, principalmente trastornos de la conducta y trastorno oposicionista desafiante, trastornos del aprendizaje, trastorno por tics y trastornos afectivos y de ansiedad. En adultos, además de los trastornos afectivos y de ansiedad, son frecuentes los trastornos por uso de sustancias y el trastorno antisocial de la personalidad.

Muy a menudo los pacientes con TDAH tienen familiares próximos que también presentan el trastorno lo que sugiere que el trastorno tenga una cierta base genética. Sin embargo, hasta la fecha no se ha identificado ningún gen o combinación de genes que explique claramente el desarrollo del trastorno.

Además de los factores genéticos, se han asociado numerosos factores ambientales con un riesgo aumentado de desarrollo de TDAH, siendo los más importantes: la exposición prenatal al tabaco, la prematuridad, el bajo peso al nacer, la exposición al plomo, la deprivación social extrema, algunas deficiencias nutricionales y el consumo de algunos conservantes y colorantes con la dieta.  

Por el momento no se ha identificado una causa clara del TDAH y lo más probable es que su desarrollo se deba a una interacción entre factores genéticos y ambientales.

El TDAH se ha asociado con repercusiones importantes en el funcionamiento social, académico y laboral. Los pacientes con TDAH, en comparación con las personas sanas, presentan un peor rendimiento académico, menos años de escolarización, mayores dificultades en las relaciones interpersonales, tasas de divorcio y de desempleo más elevadas, peor nivel socio-económico, más accidentes de tráfico, problemas legales y una calidad de vida más pobre.